¿Qué implicaciones tiene para un profesor de
lengua (como L1 o como L2) situarse en uno o en otro de los extremos de este
debate sobre la naturaleza sociocultural o biológica del lenguaje y las
lenguas?
Sus repercusiones se expresan fundamentalmente en su
metodología de trabajo. Para un defensor del innatismo se hace necesario
brindar conocimientos de la gramática del idioma estudiado. La persona que lo
considera una cuestión sociocultural incidirá más en el contexto en el que se
adquiere la lengua.
Considero un punto medio: que la lengua es una cuestión
biológica es innegable, pero tomando también los factores comunicativos,
pragmáticos y contextuales.
El hombre tiene la
capacidad de comunicarse mediante el lenguaje, y esté se construirá dependiendo
del contexto en el que se encuentre, pues el lenguaje es una herramienta del
ser humano en su lucha por la supervivencia.
Muchas críticas al paradigma chomskyano de los años setenta
estuvieron de acuerdo en que la adquisición de la lengua es un fenómeno
complejo, multidimensional, que no puede ser explicado de forma reduccionista.
En este sentido, creo que es muy positivo que en clase se
preste atención al aspecto cultural del lenguaje, que facilita la memorización,
la compresión y la integración en un nuevo contexto sociocultural para los no
hablantes, en este caso, de español.
"Es lo que hacemos y lo que somos, lo que da sentido a nuestras palabras."
En el primer video no hay interacción con los alumnos. Ni
con los alumnos ni entre ellos. En el segundo si se ve un ligero cambio en
esto.
Hay bastante información en poco tiempo, lo que hace difícil
memorizar tantos elementos sin practicarlos.
Es algo muy positivo que ellos se vean tan animados, porque
contagian al alumnado.
Falta más personalización y algo de práctica, tal como
sucede en las clases de turco. Aplicaría un ritmo más pausado, logrando una
mayor memorización, y ejercicios como los hechos en las clases de turco. Es más
efectivo el aprendizaje aplicado, pues reta al alumno y motiva a seguir la
lección con atención.
Creo que la pregunta se podría formular de otra manera. Como
sabemos, las lenguas están íntimamente ligadas a la sociedad donde se
desarrolla. Las sociedades se constituyen sobre un eje lingüístico común que
posibilita la comunicación entre los individuos que la constituyen. Hablamos un
idioma que heredamos en una situación
determinada. Y lo hacemos porque es útil para la interacción.
El Estado se constituye sobre un idioma común, que facilita
la comunicación. Para el Estado es de suma importancia que esto sea así para
dotar al territorio de cierta unidad. Sin ello el Estado no puede existir. No
es casualidad que España nazca tal y como hoy la conocemos con la unidad
territorial y lingüística de los Reyes Católicos y la Gramática de Nebrija.
¿Es justo que una sociedad hable una lengua impuesta por el
gobierno? Yo diría que es útil. Al menos para el Estado. Pero no pretendo
discutir si el Estado es necesario o no.
¿Puede el Estado convivir con diferentes lenguas? Pienso que
sí. Aunque debería permitirse que estas regiones tuvieran cierta autonomía,
siempre respetando la lengua oficial. Habrá quien podría pensar que esto
llevaría a un deseo de independencia. Pero no creo que esto debiera suceder si
el Estado cumple con sus funciones.
Pienso que el debate actual sobre la región catalana tiene
un trasfondo puramente político, interesado y particular, que no se relaciona
con las políticas linguísticas, aunque no deslegitima las reivindicaciones de
esta clase.
"Nuestra propia lengua no es ni propia ni única." Jacques Derridá
Este año he tenido como siempre mucho contacto con gente del
extranjero. Por una parte, en el ámbito de la universidad. Por otro, en lo
personal.
Este año estuve en Roma y el sur de Italia, donde conocí de
primera mano un poco de la cultura del sur del país. Es verdad que, en general,
al ser una cultura mediterránea, comparte muchas cosas con la cultura española,
en el idioma, en el carácter, incluso en las comidas..
Otra de las experiencias que puedo mencionar es la que tengo
habitualmente con un amigo cercano de China, con el que hablo mucho sobre sus
costumbres y el me cuenta habitualmente lo diferentes que son ambas culturas.
Diferencias claras se ven, por ejemplo, en la forma de concebir la familia.
Y aunque el me ha contado que en su familia no existe
ninguna práctica religiosa, la filosofía de Confucio sigue proyectándose en su
cultura. Veo en sus actitudes su apego a la familia y el compromiso con ella.
El me cuenta que en China la familia esta mucho más unida. Creo que esto se
relaciona con el sentido de responsabilidad que se tiene en estas sociedades.
Un ejemplo es lo que me cuenta sobre las actitudes en un lugar y otro; En
China, las personas suelen cargar la responsabilidad de las acciones sobre sí
mismos, en contraste con Occidente.
El sentido de “espacio personal” en China es muy diferente
del occidental. Un día, comiendo, me comentó que le parecía muy rara la forma
de comer aquí: cada persona tiene su plato, y no osa tocar el ajeno. En China,
cada uno puede comer del plato de cualquiera. Comer es un acto colectivo. Otro
ejemplo lo vemos en las actividades recreativas: escuchar música en soledad, la
lectura solitaria, es algo que en China se mira con extrañeza. Vemos como el
sentido del individuo y de lo colectivo cambian.
El aprendizaje del español en Argentina es muy similar al
que se aplica en España. Tanto en Primaria como en Secundaria la asignatura de
Lengua se divide, por una parte, en Gramática, y por otra, Literatura. Se
trabaja mucho el análisis morfosintáctico, la categorización de las palabras
(sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios..) y los conceptos básicos de Fonética.
Los análisis y las descripciones pormenorizadas aumentan en complejidad
conforme se avanza en los cursos.
La lengua obligatoria de aprendizaje es el inglés, que se
aprende desde muy pequeños (jardín de infantes), y se práctica mucho la lectura
comprensiva y la pronunciación. El nivel de exigencia es algo más alto que en
el sistema educativo español, aunque los métodos son prácticamente los mismos.
Los profesores de lenguas, de español y de inglés, fueron
siempre mis preferidos. Muchos de ellos me marcaron significativamente y fueron
los inspiradores últimos de mi elección de estudios. Profesores de lengua,
ingles, latín, griego, etc. Todos ellos tenían su propio método pero tenían en
común el amor por su asignatura y una atención especial hacia sus estudiantes,
una implicación emocional con su asignatura más allá de lo académico.
Las instituciones educativas están fuertemente
deslegitimadas a la luz de los avances técnicos de las últimas décadas. Tal
como ocurrió en el siglo XIX con la revolución industrial, estamos viviendo un
periodo de adaptación de la sociedad a los avances de la técnica y de la
ciencia. Los paradigmas están cambiando: Internet “libera” conocimientos hasta
ahora patrimonio de universidades y academias; La ciencias cognitivas ofrecen
una nueva visión del ser humano y su comportamiento. Sin embargo, la comunidad
educativa parece no atender a estos sucesos y continúan anquilosados en el
pasado, con programas educativos que no se adecuan al mercado laboral y con
métodos de enseñanza ineficaces.
Ahora bien, habría que precisar estas valoraciones: ¿deben
los programas educativos adecuarse al mercado laboral? Si asumimos que vivimos en
una sociedad capitalista y una economía de mercado, no debería extrañarnos que
algunos así lo piensen.
Esto explica el desprestigio y el desprecio de las carreras
humanísticas en favor de titulaciones técnicas. Profesores de lengua,
historiadores, sociólogos, etc. deben servir al mercado y, hoy por hoy, este se
encuentra por encima del Estado, afectando a todas las instituciones que
dependen de él:
“la universidad impone costos a los
estudiantes y a un personal docente que, además de tenerlo apartado de la
carrera académica, se le mantiene en una condición que garantiza un porvenir
sin seguridad. Todo eso resulta perfectamente natural en los modelos de negocio
empresariales. Es nefasto para la educación, pero su objetivo no es la
educación.”
“Pero servirse de trabajo barato –y vulnerable— es una práctica de
negocio que se remonta a los inicios mismos de la empresa privada, y los
sindicatos nacieron respondiendo a eso. En las universidades, trabajo barato,
vulnerable, significa ayudantes y estudiantes graduados. Los estudiantes
graduados son todavía más vulnerables, huelga decirlo, La idea es transferir la
instrucción a trabajadores precarios, lo que mejora la disciplina y el control,
pero también permite la transferencia de fondos a otros fines muy distintos de
la educación. Los costos, claro está, los pagan los estudiantes y las gentes
que se ven arrastradas a esos puestos de trabajo vulnerables. Pero es un rasgo
típico de una sociedad dirigida por la mentalidad empresarial transferir los costos a la gente. Los economistas cooperan tácitamente en eso."
Traducción castellana de una transcripción
editada en inglés de un conjunto de observaciones realizadas por Noam Chomsky,
muy recomendable artículo.
La lucha de clases se expresa en el ámbito educativo. La
universidad sirve como criba de estatus social. En este sentido, más que
portadora del conocimiento, diría que lo tiene secuestrado. Sin embargo, las
novedades tecnológicas están posibilitando una relativa “liberación”, ¿tendrá
un final favorable?
Otros fenómenos a tener en cuenta son las universidades a
distancia como la UNED, donde el alumno puede obtener un título sin necesidad
de asistir a clases. Parte del futuro de las universidades pasa
fundamentalmente por aquí.