miércoles, 30 de diciembre de 2015

El papel de la cultura, los factores interculturales y la competencia intercultural.


Este año he tenido como siempre mucho contacto con gente del extranjero. Por una parte, en el ámbito de la universidad. Por otro, en lo personal.
Este año estuve en Roma y el sur de Italia, donde conocí de primera mano un poco de la cultura del sur del país. Es verdad que, en general, al ser una cultura mediterránea, comparte muchas cosas con la cultura española, en el idioma, en el carácter, incluso en las comidas..
Otra de las experiencias que puedo mencionar es la que tengo habitualmente con un amigo cercano de China, con el que hablo mucho sobre sus costumbres y el me cuenta habitualmente lo diferentes que son ambas culturas. Diferencias claras se ven, por ejemplo, en la forma de concebir la familia.


Y aunque el me ha contado que en su familia no existe ninguna práctica religiosa, la filosofía de Confucio sigue proyectándose en su cultura. Veo en sus actitudes su apego a la familia y el compromiso con ella. El me cuenta que en China la familia esta mucho más unida. Creo que esto se relaciona con el sentido de responsabilidad que se tiene en estas sociedades. Un ejemplo es lo que me cuenta sobre las actitudes en un lugar y otro; En China, las personas suelen cargar la responsabilidad de las acciones sobre sí mismos, en contraste con Occidente.

El sentido de “espacio personal” en China es muy diferente del occidental. Un día, comiendo, me comentó que le parecía muy rara la forma de comer aquí: cada persona tiene su plato, y no osa tocar el ajeno. En China, cada uno puede comer del plato de cualquiera. Comer es un acto colectivo. Otro ejemplo lo vemos en las actividades recreativas: escuchar música en soledad, la lectura solitaria, es algo que en China se mira con extrañeza. Vemos como el sentido del individuo y de lo colectivo cambian.


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