miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿Es justo que la sociedad tenga que hablar una lengua impuesta por el Gobierno?

Creo que la pregunta se podría formular de otra manera. Como sabemos, las lenguas están íntimamente ligadas a la sociedad donde se desarrolla. Las sociedades se constituyen sobre un eje lingüístico común que posibilita la comunicación entre los individuos que la constituyen. Hablamos un idioma que heredamos  en una situación determinada. Y lo hacemos porque es útil para la interacción.
El Estado se constituye sobre un idioma común, que facilita la comunicación. Para el Estado es de suma importancia que esto sea así para dotar al territorio de cierta unidad. Sin ello el Estado no puede existir. No es casualidad que España nazca tal y como hoy la conocemos con la unidad territorial y lingüística de los Reyes Católicos y la Gramática de Nebrija.
¿Es justo que una sociedad hable una lengua impuesta por el gobierno? Yo diría que es útil. Al menos para el Estado. Pero no pretendo discutir si el Estado es necesario o no.
¿Puede el Estado convivir con diferentes lenguas? Pienso que sí. Aunque debería permitirse que estas regiones tuvieran cierta autonomía, siempre respetando la lengua oficial. Habrá quien podría pensar que esto llevaría a un deseo de independencia. Pero no creo que esto debiera suceder si el Estado cumple con sus funciones.

Pienso que el debate actual sobre la región catalana tiene un trasfondo puramente político, interesado y particular, que no se relaciona con las políticas linguísticas, aunque no deslegitima las reivindicaciones de esta clase.

"Nuestra propia lengua no es ni propia ni única." Jacques Derridá


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